Tal vez haya olvidado tu perfume y tu risa
que juntos destrozábamos con tazas de café.
Tal vez ya no recuerde lo que nos prometimos,
desenvolviendo noches hasta el amanecer.
Tal vez haya olvidado el color de tu risa
transformada en los pétalos de una flor de papel.
Tal vez sea imposible recuperar la magia
que irradiaban los besos de tus labios de miel.
Tal vez ya no recuerde mis versos susurrados
que en clandestinas sombras acariciaban tu piel.
Tal vez haya olvidado tu música y tus letras
pintadas en canciones que junto a vos canté.
Pero pasa que el tiempo, igual que la llovizna,
germina la semilla que lucha por crecer,
y así se fue gestando este embrión de recuerdos
que acuchillan el alma en cada atardecer.
Tal vez nunca he querido abandonar el sueño
de escuchar que tus pasos me quieran sorprender.
Tal vez te esté llamando sin pronunciar tu nombre,
recortando los pétalos de otra flor de papel.
Tal vez sea esta noche la que eligió tu risa
para darme el regalo de volver a nacer.
Tal vez mañana mismo amanezcamos juntos,
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